Un estudio internacional ha advertido de los posibles riesgos del uso generalizado del trasplante de microbiota fecal sin tener en cuenta la región del intestino a la que llegan los microbios transferidos. El experimento, realizado en ratones y muestras de tejido humano, mostró que los microbios procedentes del trasplante –en su mayoría, microbios anaeróbicos del colon– colonizaban el intestino delgado, persistían allí meses y modificaban ese nuevo entorno, provocando cambios en el metabolismo del huésped. Según los autores, cuyo estudio se publica en la revista Cell, esto puede tener consecuencias duraderas e imprevistas, así como desequilibrios en el ecosistema intestinal de los pacientes.

Toni Gabaldón - trasplante fecal riesgos
Toni Gabaldón
Profesor de investigación ICREA y jefe del grupo de Genómica Comparada del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y del Barcelona Supercomputing Centre (BSC-CNS)
Este estudio investiga los posibles efectos fisiológicos derivados de la colonización del intestino delgado por parte de bacterias del intestino grueso tras un trasplante fecal (que mayoritariamente incluye especies del intestino grueso). Las diferentes regiones del intestino tienen una microbiota muy diferente y esta colonización cruzada podría causar alteraciones. El estudio fundamentalmente investiga esta posibilidad usando un modelo de ratones tratados con antibióticos que posteriormente reciben un trasplante fecal hecho a partir de microbiota de diferentes partes del intestino de un donador. El estudio demuestra que todo el intestino se coloniza a partir del trasplante y no solo (aunque sí de manera más eficiente) la región intestinal equivalente al origen. Los investigadores encontraron que cada región intestinal altera los metabolitos y las funciones en relación a la microbiota recibida, incluso los patrones de expresión génica del tejido intestinal y los de las células del hígado pueden cambiar.
El estudio tiene algunas limitaciones, sobre todo en la parte que corresponde a los datos en humanos donde el número de pacientes analizado es muy pequeño (siete). Los análisis en modelos de ratón, por el contrario, son muy completos y usan técnicas apropiadas.
Partiendo de que la microbiota es diferente según el origen del trasplante, es esperable encontrar diferencias a nivel metabólico y de respuesta del tejido. Las preguntas que quedan abiertas son cuán duraderos son estos cambios y si son nocivos, tal y como sugieren las conclusiones. Cualquier alteración de la microbiota, como la resultante de un tratamiento con antibióticos, va a repercutir a nivel fisiológico y sería interesante tener algún punto de comparación más allá de la variable origen del trasplante.
El estudio abre los ojos sobre lo poco que sabemos todavía sobre el impacto del trasplante fecal y propone explorar trasplantes combinados de varios orígenes (omnimicrobianos). En general, se requiere más investigación clínica y básica para entender el verdadero potencial terapéutico y posibles efectos secundarios de un trasplante fecal.
Climent Casals-Pascual - trasplante fecal riesgos
Climent Casals-Pascual
Jefe de servicio de Microbiología en el Hospital Clínic de Barcelona, profesor asociado en la Universitat de Barcelona e investigador en ISGlobal Barcelona
"Este estudio se ha publicado en una de las revistas con mayor reputación científica a nivel mundial y presenta evidencia científica de que la colonización de bacterias en ecosistemas dispares, por ejemplo, bacterias que normalmente habitan en el intestino grueso colonizan el intestino delgado, tiene un efecto potencialmente deletéreo en un modelo experimental de trasplante de microbiota fecal en ratones y en células obtenidas y cultivadas ex vivo a partir de biopsias del intestino humanos (organoides). La conclusión de que estos modelos nos advierten de peligros no esperados en pacientes que reciben TMF —trasplante de microbiota fecal— no se deriva necesariamente de los resultados del artículo, a pesar de su alto valor científico.
En medicina, se evalúa constantemente la validez de los tratamientos en base a la eficacia y seguridad de los pacientes sometidos a una intervención concreta. Desde la aplicación de la nueva regulación que dicta en Europa que la microbiota es una sustancia de origen humano (SOHO), los mecanismos para verificar la seguridad biológica de las donaciones y el seguimiento del paciente trasplantado de microbiota están perfectamente regulados. El método científico en medicina para cuestionar la validez de una intervención deben ser los efectos adversos observados después de la intervención, no la observación experimental en ratones. Recordemos la controversia de la sacarina y el cáncer de vejiga en ratones de los años 70.
El TMF se realiza con seguridad desde hace años y es un tratamiento curativo para la infección recurrente por Clostridioides difficile. Lejos de inducir un cambio metabólico negativo para el paciente, en ensayos clínicos controlados se observó que el TMF en adolescentes obsesos reduce el síndrome metabólico en el 90 % de los casos”.
¿Cómo se traducen los resultados de este artículo a pacientes que reciben TMF?
“El trasplante fecal en ratones no tiene nada que ver con el humano —por suerte—, ya que la administración de la microbiota se hace alimentándole al ratón las heces (microbiota) de un ratón sano. En humanos, aunque los estudios iniciales (de hecho, los más importantes) utilizaban la infusión duodenal de microbiota, actualmente se administra mediante colonoscopia en el ciego o mediante cápsulas recubiertas de material gastrorresistente que permite liberar los contenidos de microbiota en el intestino grueso, aunque alguna parte se pueda liberar en la parte terminal del intestino delgado.
El impacto de la disrupción ecológica y deslocalización de especies bacterianas es un fenómeno bien conocido y parcialmente caracterizado en los estudios del microbioma humano. Por ejemplo, es bien conocido que en individuos que toman fármacos inhibidores de la bomba de protones, la microbiota oral coloniza el intestino. Los diversos segmentos del intestino actúan como ecosistemas donde las condiciones fisicoquímicas de pH, las mismas células del intestino y sobre todo la microbiota residente actúan como freno a la colonización de nuevas especies, lo que se conoce desde el 1960 como resistencia a la colonización. Por ello, aunque el riesgo de colonización microbiana en ecosistemas dispares es una posibilidad, los mecanismos locales descritos “seleccionan” quién se queda y quién no. Esta es la competición habitual mediante la cual se establece la microbiota adulta y que también explica una de las características más notables de la microbiota: la resiliencia o capacidad de retornar a su estado habitual después de una disrupción ecológica sea por antibióticos u otros disruptores. Paradójicamente, este es el argumento que se propone para defender el potencial uso de los trasplantes omnimicrobianos, donde se recogen microbiotas de los distintos tramos del intestino y se propone que cada uno va a asentar en su nicho ecológico apropiado. Pues lo mismo pasa con la microbiota del colon: su lugar natural de asentamiento va a ser el colon y es allí donde restablecerá la resistencia a la colonización contra Clostridioides difficile, que es —de momento— su única indicación clínica aprobada".
Conflictos de interés: jefe de Servicio del Hospital Clínic de Barcelona, responsable del Banco de Microbiota de Catalunya, sede Clínic.
Clàudia Aràjol - fecal negativo
Clàudia Aràjol
Facultativa especialista del Servicio de Aparato Digestivo y de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital Universitario de Bellvitge
El estudio tiene como objetivo evaluar el impacto del trasplante de microbiota fecal (TMF) sobre el ecosistema microbiano del tracto gastrointestinal, con especial atención a los cambios inducidos en el intestino delgado y sus posibles consecuencias sobre la homeostasis del huésped.
Para ello, los autores emplearon modelos murinos y, en el caso humano, organoides derivados de biopsias duodenales. No obstante, es importante señalar que en el estudio en humanos el tamaño muestral fue muy reducido y un seguimiento restringido a tan solo un mes. Tanto el diseño experimental como la escasa muestra y la corta duración del seguimiento en humanos constituyen limitaciones metodológicas relevantes que deben ser tenidas en cuenta al interpretar los resultados.
Los resultados del estudio indican que el TMF provoca alteraciones en la composición y en la función de la microbiota intestinal, afectando al metabolismo del huésped, así como a los perfiles transcriptómicos intestinales y hepáticos. Los autores concluyen que el TMF induce modificaciones en el ecosistema bacteriano intestinal que podrían tener consecuencias adversas para la salud y el metabolismo del huésped.
A pesar de estos resultados, la evidencia científica actualmente disponible considera el TMF un procedimiento seguro, especialmente a corto plazo, siempre que se realice en condiciones controladas y cumpliendo con los estándares de calidad, seguridad y la normativa legal vigente. Además, múltiples ensayos clínicos han demostrado su alta eficacia y seguridad en el tratamiento de la infección recurrente por Clostridioides difficile.
Si bien este estudio sugiere que el TMF puede inducir desajustes en la homeostasis del huésped a través de alteraciones del ecosistema microbiano, sus limitaciones metodológicas impiden extraer conclusiones sólidas. No obstante, este trabajo pone de manifiesto la necesidad de seguir profundizando en la investigación sobre los efectos del TMF, en particular, en lo que respecta a su impacto sobre el intestino delgado y su aplicabilidad en otros contextos clínicos.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Animales
DeLeon et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Animales